. ..::: Historias muy reales :::.. .

martes, julio 21, 2015

.:: Esa moneda girando ::..

Cuando todo está dicho. La respiración se hace profunda y el corazón se agita. Sentis el frio de la pared a tus espaldas. Levantas los talones pensando poder ir más atrás. Es el preciso instante cuando caes en la cuenta que no hay nada más por hacer. Estás jugado, con todas las cartas en la mesa y las cosas se vuelven a suerte y verdad. Es el momento en que la moneda toma altura. Gira sobre su eje horizontal. Escala en el espacio y mira el zenit alternadamente con ambas caras con una sincronía perfecta. Continúa su ascenso. Hasta alcanzar esa fracción de segundo, ese parpadeo, donde pareciera que el mundo se detiene. Ese momento donde se intuye que el giro finalmente se vuelve incompleto. Donde uno suma interrogantes y recuerda clases de física en el secundario. Es imposible que un cuerpo suba a un ritmo regular para llegar a la cima y desplomarse veloz y estrepitosamente. Si la energía del impulso ascendente es suficiente, ese momento de parálisis temporal y espacial debería ya haber dejado lugar a un nuevo giro. Pero esta vez en pautalino descenso. No como consecuencia de su propio peso, sino debido a la fuerza que la gravedad ejerció para vencer finalmente la potencia del vuelo y, en suma, empujar hacia abajo estos 5 centavos. Que retoman ritmo propio. Recuperando esa envidiable cadencia regular, haciendo gala de su liviandad. Pero ya alejandose del sol. Acercandose al final de su viaje. Calculando el aterrizaje final de esta acrobacia sin igual. Es el momento donde la distancia del objeto con su sombra se comienza a achicar. Una cuenta regresiva inevitable. Quizas teniendo al destino de cara y cruz como motor. Un aterrizaje que no tendrá medias tintas. Será éxito o fracaso, acierto o error. Aunque siendo sinceros, este culto al azar, adolescente y absurdo, no será más que la excusa para seguir un camino u otro, para tomar una decisión o la otra. Es menester tomar cartas en el asunto. Es imperante librarse de los lazos del destino para buscar en primera persona la ruta hacia la realización de los sueños. Para atacar las metas y objetivos hasta conquistarlos tarde o temprano, pero sin buscar atenuantes en lo externo, lo divino o lo azaroso. El momento es ahora. Antes que la moneda terminé de caer. Adelantá tu pierna izquierda con firmeza. Plantala ligeramente al costado de la línea vertical que describe la caida del vil metal. Y justo cuando desde el mas allá se estén frotando las manos por frenar la parábola hipnótica de la caída, acelerá el pié derecho. Ese que te quedó más retrasado. Buscá llevarlo con furia hacia adelante. Que supere el eje de tu cuerpo. Para que seas el testigo directo que vea a centímetros, como le das un voleo al destino, dando el primer paso en busca de tus sueños.



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